Por desgracia, las estafas están a la orden del día. En los últimos primaveras las estafas se han vuelto cada vez más realistas y esto significa que cada vez es más complicado detectar una estafa de una situación que no lo es. Al darse esta situación se han generado una enorme cantidad de problemas como ver caudal robado conveniente a una estafa por phishing.
Este tipo de estafa es de las más comunes y, pese a ello, es la que mejores resultados tiene a la hora de robar caudal a las personas que caen interiormente de la trampa. Normalmente los bancos suelen tener sistemas de protección que evitan que estas estas lleguen a completarse, pero a veces están tan admisiblemente ejecutadas que esto resulta inútil.
Pero que un bandada cuenta con sistemas de seguridad no significa que sean efectivos, de hecho, el caso que se ha llevado a motivo en Galicia deja claro que, en caso de sistemas ineficientes de seguridad, la entidad bancaria ha de devolver a la persona el caudal que ha sido hurtado. Vamos a ver este caso en detalle.
La Audiencia Provincial de Pontevedra ha dictado sentencia, haciendo que Abanca se vea obligada a respaldar cerca de 5.000 euros a un cliente de la entidad que fue víctima de una estafa por phishing. Esta sentencia puede dictar ejemplo en casos posteriores y, sobre todo, puede poner sobre la mesa una situación de la que nadie palabra: los sistemas bancarios no son seguros.
La sentencia obligará a Abanca a respaldar casi 5.000 a un cliente que sufrió una estafa por phishing
El phishing bancario es de los más populares y suele ser el que mejor resultado tiene, al robar caudal a las personas víctimas de esta estafa. Teniendo en cuenta esto, vamos con lo sucedido a esta persona afectada. El 24 de agosto de 2021 la víctima recibe una indicación del “Servicio de Atención al Cliente de Abanca” que indica que se ha intentado hacer una transferencia de 10.000 euros.
La indicación había sido orquestada por los estafadores y lo que buscaban era poner a la victima en una situación de estrés. Tras comunicarle esto le indicaron que necesitaban los códigos de SMS que le llegarían en unos instantes para anular esta transacción. La víctima facilitó estos códigos y como consecuencia perdió 4.891 euros de su cuenta bancaria.
Tras darse cuenta de la situación la victima llamó a una oficina de Abanca e interpuso una denuncia a la Policía Civil indicando que había sufrido phishing bancario. Esta denuncia siguió delante y el Supremo de Primera Instancia e Instrucción n.º 2 de O Porriño estimó que Abanca debía indemnizar al legatario con la cantidad que le había sido robada de su cuenta bancaria.
Abanca apeló la sentencia indicando que el legatario habría facilitado sus credenciales personalizadas a un tercero desconocido y, por lo tanto, se trataría de una negligencia lo que exonera a la entidad bancaria de realizar esta indemnización. La apelación ha sido desestimada por la Audiencia Provincial de Pontevedra.
El motivo detrás de esta desestimación son varios: la complejidad y escalón de perfección que del phishing bancario del que fue víctima el legatario, la difícil detección de la estafa por el legatario de formación media, la insuficiencia tecnológica de Abanca para implantar medidas que eviten este tipo de situación. En definitiva, en caso de sufrir phishing siempre hay que realizar una denuncia.